BLOG DE OPINIÓN
TITULO: AYORAS FALSOS
POR: SILVANA DENISSE VERGARA ADRIAN
CURSO: 3 ERO CIENCIA A
INTRODUCCIÓN
EL INDIO PRESENTACIÓN BALBUCEAN SE AJUSTO EL AMARRE DE LOS CALZONCILLOS ,TENCIOSE AL PONCHO COLORADO AL GRANDES RATAS PLOMAS, Y SE QUEDO ESTÁTICO , CON LA MIRADA PERDIDA EN EL UMBRAL DE LA SUCIA TIENDA DEL ABOGADO
MASCULLO UNA DESPEDIDA, ESCUPIÓ PARA ADELANTE COMO LA RUNA LLANA Y HECHO AL ANDAR POR LAS CALLEJUELAS QUE TREPABA EN CUENTAS EMPINADA ASTA LA PLAZA DEL PUEBLO
AL LLEGAR A LA PLAZA SE SENTÓ EN UN POYO DE PIEDRA DE LA BOLSISTA QUE PERDÍA DE SU CUELLO, BAJO EL PONCHO,SACO UN PUÑADA DO MACHICAS Y SE METIÓ EN LA BOCA ATOLONDAMENTE
DESARROLLO
Balbucea declaraba haber recibido diez sacres y se comprometía a hacer el trabajo personal de su hijo por 2 meses.
Orejuela pago 3 monedas blancas y Balbucea las guardo en la bolsista de fiambre, salio y fue a donde el abogado para pagarle unas estampillas y le dio los 3 sacres, y éste al ver que eran de plomo le dijo que eran falsas como tu misa madre, el abogado soberbio de indignación le tiró las monedas al rostro y le dijo que lo había querido engañar, Balbucea se fue furioso a donde Orejuela y le contó lo sucedido y éste sorprendido le dijo que como era posible, estando allí se encontraba la autoridad y esta intervino y cuando aparece el teniente político le pide a dos longos cargadores que se lo lleven preso a este arrastrado, estarás detenido hasta que llegue tu hijo.
Fue entonces cuando Presentación salio de la cárcel y no quiso ver a su hijo, tomo la ruta de su choza lejana y cuando pasó enfrente de la puerta de Orejuela tomó una piedra y la lanzó rabiosamente y el indio sonrió sin expresión.
CONCLUSIÓN
Parecía reconcentrado, y su rostro estaba ceñudo, fosco. Pero, esto era sólo un gesto. En realidad, no pensaba en nada, absolutamente en nada.
De vez en cuando se detenía, cansado.
Escarbaba con los dedos gordos de los pies el suelo, se metía gruesamente aire en los pulmones, y lo expelía luego con una suerte de silbido ronco, con un ¡uh! prolongado que lo dejaba exhausto hasta el babeo. Enseguida tornaba a la marcha con pasos ligeros, rítmicos.
Al llegar a la plaza se sentó en un poyo de piedra. De la bolsista que pendía de su cuello, bajo el poncho, sacó un puñado de chica y se lo metió en la boca atolondrad amente.
El sabor hacecillo llamó le la sed. Acercase a la fuente que en el centro de la plaza ponía su nota viva y alegre, y espantó a la recua de mulares que en ella bebía.
-¡Lado! ¡Lado! -gritó con la voz de los caminos- ¡Lado!
Apartárselo las betas, y el indio Balbucea pudo meter en el agua revuelta y negruzca su mano ahuecada que le sirvió de vasija.
-¡Cuja!...
Satisfecho, se volvió al poyo de piedra...
Estovase ahí tres horas largas, sin un movimiento que denotara aburrimiento siquiera, con los ojos fijos en sus pies descalzos, sobre los cuales revoloteaban las moscas verdinegras de alas brillantes y rumorosas. "
TITULO: AYORAS FALSOS
POR: SILVANA DENISSE VERGARA ADRIAN
CURSO: 3 ERO CIENCIA A
INTRODUCCIÓN
EL INDIO PRESENTACIÓN BALBUCEAN SE AJUSTO EL AMARRE DE LOS CALZONCILLOS ,TENCIOSE AL PONCHO COLORADO AL GRANDES RATAS PLOMAS, Y SE QUEDO ESTÁTICO , CON LA MIRADA PERDIDA EN EL UMBRAL DE LA SUCIA TIENDA DEL ABOGADO
MASCULLO UNA DESPEDIDA, ESCUPIÓ PARA ADELANTE COMO LA RUNA LLANA Y HECHO AL ANDAR POR LAS CALLEJUELAS QUE TREPABA EN CUENTAS EMPINADA ASTA LA PLAZA DEL PUEBLO
AL LLEGAR A LA PLAZA SE SENTÓ EN UN POYO DE PIEDRA DE LA BOLSISTA QUE PERDÍA DE SU CUELLO, BAJO EL PONCHO,SACO UN PUÑADA DO MACHICAS Y SE METIÓ EN LA BOCA ATOLONDAMENTE
DESARROLLO
Balbucea declaraba haber recibido diez sacres y se comprometía a hacer el trabajo personal de su hijo por 2 meses.
Orejuela pago 3 monedas blancas y Balbucea las guardo en la bolsista de fiambre, salio y fue a donde el abogado para pagarle unas estampillas y le dio los 3 sacres, y éste al ver que eran de plomo le dijo que eran falsas como tu misa madre, el abogado soberbio de indignación le tiró las monedas al rostro y le dijo que lo había querido engañar, Balbucea se fue furioso a donde Orejuela y le contó lo sucedido y éste sorprendido le dijo que como era posible, estando allí se encontraba la autoridad y esta intervino y cuando aparece el teniente político le pide a dos longos cargadores que se lo lleven preso a este arrastrado, estarás detenido hasta que llegue tu hijo.
Fue entonces cuando Presentación salio de la cárcel y no quiso ver a su hijo, tomo la ruta de su choza lejana y cuando pasó enfrente de la puerta de Orejuela tomó una piedra y la lanzó rabiosamente y el indio sonrió sin expresión.
CONCLUSIÓN
Parecía reconcentrado, y su rostro estaba ceñudo, fosco. Pero, esto era sólo un gesto. En realidad, no pensaba en nada, absolutamente en nada.
De vez en cuando se detenía, cansado.
Escarbaba con los dedos gordos de los pies el suelo, se metía gruesamente aire en los pulmones, y lo expelía luego con una suerte de silbido ronco, con un ¡uh! prolongado que lo dejaba exhausto hasta el babeo. Enseguida tornaba a la marcha con pasos ligeros, rítmicos.
Al llegar a la plaza se sentó en un poyo de piedra. De la bolsista que pendía de su cuello, bajo el poncho, sacó un puñado de chica y se lo metió en la boca atolondrad amente.
El sabor hacecillo llamó le la sed. Acercase a la fuente que en el centro de la plaza ponía su nota viva y alegre, y espantó a la recua de mulares que en ella bebía.
-¡Lado! ¡Lado! -gritó con la voz de los caminos- ¡Lado!
Apartárselo las betas, y el indio Balbucea pudo meter en el agua revuelta y negruzca su mano ahuecada que le sirvió de vasija.
-¡Cuja!...
Satisfecho, se volvió al poyo de piedra...
Estovase ahí tres horas largas, sin un movimiento que denotara aburrimiento siquiera, con los ojos fijos en sus pies descalzos, sobre los cuales revoloteaban las moscas verdinegras de alas brillantes y rumorosas. "
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